Boletín ambiental UNEP LATAM
La COP29 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (ONU Cambio Climático), que se llevó a cabo del 11 al 22 de noviembre, reafirmó la importancia de la región como un actor clave en la #Acciónclimática global. Este evento, que reunió a casi 70.000 participantes, ofreció oportunidades únicas para que los países de la región impulsaran soluciones climáticas adaptadas a sus realidades y desafíos específicos. En este mismo sentido la #COP29 permitió a la región exponer los desafíos particulares que enfrenta de cara al financiamiento climático, principalmente para la adaptación y la inversión pública.
¿Qué avances se lograron?
🔹 Financiamiento climático adaptado a las necesidades regionales: las partes se comprometieron a movilizar $300.000 millones anuales para acción climática en los países en desarrollo hasta 2035, con un objetivo aún más ambicioso de alcanzar $1.3 billones anuales en el mismo período. Para América Latina y el Caribe, esto representa una oportunidad crucial para financiar proyectos transformadores en áreas como la energía renovable, la restauración de ecosistemas y la resiliencia comunitaria.
🔹 Reducción de emisiones con impacto local: la aprobación de reglas para un sistema internacional de comercio de carbono bajo el Artículo 6 del Acuerdo de París representa un avance significativo. Este sistema podría beneficiar a los países de la región en tanto sienta las bases para informar la reglamentación de estos instrumentos y de esta manera permitirles acceder a mercados internacionales mientras desarrollan capacidades locales para reducir emisiones.
🔹 Agua para la #AcciónClimática: este nuevo marco liderado por el PNUMA enfatiza la importancia de los recursos hídricos en las estrategias climáticas, un tema especialmente relevante para la región, donde el acceso al agua y su gestión sostenible son retos urgentes.
🔹 Metano y turberas en América Latina: Los informes An Eye on Methane y Atlas Mundial de Puntos Críticos de Turberas destacan la necesidad de proteger ecosistemas clave en la región. Países como Perú y Colombia tienen el potencial de liderar en la conservación de turberas, contribuyendo tanto a la mitigación como a la adaptación climática.
Retos y oportunidades para la región
Mayor ambición en las Contribuciones Determinada a nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés): la fecha límite de febrero de 2025 para las NDC 3.0 es crítica. Los países de América Latina y el Caribe deben elevar sus compromisos, priorizando soluciones inclusivas y sostenibles que beneficien a las comunidades locales. Esto implica un plan de acción, o revisión de los actuales, para reducir las emisiones y adaptarse a los impactos climáticos con un énfasis en la implemetnación. Todas las partes que han suscrito el Acuerdo de París deben establecer una NDC y actualizarla cada cinco años.
Implementación de financiamiento efectivo: la región necesita garantizar que los fondos movilizados se canalicen hacia proyectos transformadores y sostenibles en el tiempo. Esto incluye soluciones innovadoras que combinen la transición energética con beneficios sociales, como la generación de empleos verdes y la reducción de la desigualdad. En ese contexto, el PNUMA contribuye con la movilización y gestión de tres fondos planetarios clave. Acá puede conocer más sobre ellos.
Adaptación basada en ecosistemas: La restauración de ecosistemas y la gestión sostenible del agua son prioridades que pueden generar beneficios inmediatos para las comunidades más vulnerables.
¿Cómo puede la región unir esfuerzos para alcanzar sus objetivos?
Abordar la triple crisis ambiental —el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación— requiere un enfoque integrado que vincule acción climática con desarrollo sostenible y equidad: la participación activa de comunidades Indígenas y locales, considerando un claro enfoque sensible al género, será clave para garantizar que las soluciones climáticas sean inclusivas y sostenibles.
La región también requiere reformas en la arquitectura financiera global y en los sistemas de gobernanza multilateral para garantizar financiamiento suficiente, accesible y oportuno que apoye sus prioridades nacionales. En ese proceso, será clave integrar la acción climática con justicia social y consolidar una economía regenerativa basada en la biodiversidad es esencial para garantizar un desarrollo equitativo en la región.
En esta ruta, los ejemplos implementados por países de la región allanan el camino para esta meta. Por ejemplo, la Brazil Investment Platform (BIP) y el Portafolio de Transición de Colombia demuestran cómo las plataformas regionales pueden vincular estrategias nacionales con NDC y NAP, promoviendo inversiones alineadas con el Acuerdo de París.
Considerando como un ejemplo el Observatorio Internacional de Emisiones de Metano, la región puede implementar observatorios regionales para alinear soluciones positivas para la naturaleza con las NDC 3.0, a través de un mejor monitoreo y una planificación territorial más integrada.
¡Un llamado a la acción regional!
La COP29 envió un mensaje claro: las promesas deben transformarse en acciones inmediatas e implementación. América Latina y el Caribe tienen el potencial de liderar con soluciones climáticas que generen impactos positivos para las comunidades y el planeta.
Se trata de una oportunidad para la región: es momento de explorar soluciones audaces y propiciar reformas fiscales, institucionales y de la gobernanza ambiental que puedan desbloquear financiamiento adicional para proyectos climáticos de alto impacto.
¡Ahora es el momento de actuar con decisión y ambición!
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